De acuerdo a lo expuesto por nuestro actual Proyecto Educativo Institucional, nuestro colegio entrega una educación integral basada en el Evangelio, donde toda la Comunidad Educativa está llamada a ser imagen de Jesucristo. En esta perspectiva, toda la acción vinculada al área de Pastoral y Formación se orienta a descubrir y experimentar a Cristo que nos lleva a ser protagonistas, es decir, líderes cristianos.

El camino que seguimos para implementar un área de Pastoral y Formación se fundamenta a la luz del Evangelio y Magisterio de la Iglesia, los principios de la Educación Católica, el Ideario Educativo y el Carisma de nuestro Santo Patrono San Alberto Hurtado, modelo de espiritualidad cristiana.

Nuestras experiencias de formación vinculadas a esta área buscan suscitar en las personas, experiencias fundantes de Dios, que les permitan reflexionar y discernir, conocerse y aceptarse, valorarse y amarse y, en último término, alcanzar la gracia de la vida plena. Estas experiencias deben ser un acercamiento profundo con la realidad, siendo capaces de insertarse completamente en la sociedad actual y de comprometerse con su familia, comunidad y país, propiciando un encuentro con los otros, que confronte estilos de vida, conocimientos, experiencias e ideas, que provoque cambios e impulse a la acción, imprimiendo un sello de justicia social al modo de San Alberto.

En su accionar, esta área, transmite la valoración de la persona humana creada, aceptada y amada por Dios, atentos a las necesidades de otros, abriendo espacios de crecimiento donde cada uno pueda orar, compartir y madurar comunitariamente, ofreciendo un acompañamiento de orientación espiritual y vocacional, generando experiencias que ayuden al logro de metas de desarrollo personal, emocional, social y espiritual.

Todos los agentes educadores están llamados a apropiarse del Proyecto Educativo Institucional, de modo que se sientan comprometidos con la formación de la persona y la formación continua a nivel personal y profesional, donde todas y todos se involucran, ya que solo, desde la implicancia global y desde la suma de talentos, es posible transitar desde la superficie a la profundidad. Esto exige un fuerte testimonio de fe que considera la contemplación en la acción y el compromiso con la iglesia y la sociedad.

Finalmente, resaltamos el valor de la Familia y su participación activa en el proceso formativo integral de sus hijos, nuestros estudiantes, por medio de las diversas experiencias y actividades que se disponen para ello.

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