
Celebración del Sagrado Corazón de Jesús
“Y este amor de Cristo, este amor del Hijo de Dios, este amor de Jesús es el que honramos en la devoción al
Sagrado Corazón. Y esta devoción si siempre ha sido amable es hoy la devoción salvadora. ¿Qué es lo que
más necesita el mundo en el momento actual? Lo que necesita el mundo hoy es una generación que ame, que ame
de verdad, que realice la idea del amor: querer el bien, el bien de otro antes que el propio, el bien de otro a costa
del propio bien de la vida; el bien de todos. (San Alberto Hurtado)
El Día del Sagrado Corazón de Jesús es una fiesta religiosa que celebra el corazón de Jesucristo como símbolo de su entrega, amor y piedad hacia la humanidad. Es representado tradicionalmente con la imagen del corazón resplandeciente de Jesús.
¿Por qué celebramos al sagrado Corazón de Jesús?
La Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se celebra el viernes posterior al segundo domingo de Pentecostés. Este año corresponde el día viernes 11 de junio.
El Sagrado Corazón de Jesús y nuestro Colegio
El Colegio Seminario Padre Alberto Hurtado de Chillán nace bajo el alero de la Diócesis de Concepción. El Obispo de la época, Plácido Labarca, funda el colegio y lo pone bajo la especial protección del Sagrado Corazón de Jesús. Es así como se llamó en sus inicios: “Seminario Sagrado Corazón de Jesús”.
Hoy que celebramos y recordamos al Sagrado Corazón de Jesús, pidamos que siga protegiendo a toda nuestra comunidad educativa!!!
Oración al Sagrado Corazón de Jesús
Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las
inefables muestras de amor que me has dado y las
sublimes lecciones que me enseña de continuo tu
adorable Corazón, te pido humildemente la gracia de
conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo
para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que
generoso concedes a los que de veras te conocen,
aman y sirven.
¡Mira que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de
ti como el mendigo de la limosna! ¡Mira que soy muy
rudo, soberano Maestro, y necesito de tus divinas
enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que
soy muy débil y caigo a cada paso, poderoso amparo de
los frágiles, y necesito apoyarme en ti para no
desfallecer!
Sé todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi
miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos,
remedio de mis males, auxilio en toda necesidad.
De ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y
convidaste, cuando con tan tiernos acentos dijiste
repetidas veces en el Evangelio: “Vengan a mí, aprendan
de mí, pidan, llamen…”. A las puertas de tu Corazón
vengo, pues hoy, y llamo y pido y espero. Del mío te
hago, ¡oh Señor!, firme, formal y decidida entrega.
Tómalo tú, y dame a cambio lo que sabes me ha de hacer
bueno en la tierra y dichoso en la eternidad.
Amén